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Sobre la herencia de la mala visión

Niña en examen visual

La mala visión o la discapacidad visual es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, e impacta en su vida diaria y bienestar general. En muchos casos, la mala visión es resultado de la transmisión genética, donde ciertos rasgos genéticos se transmiten de padres a hijos. En este artículo, exploramos el intrincado mundo de la transmisión genética de discapacidades visuales, arrojando luz sobre cómo se heredan estas condiciones y qué medidas se pueden tomar para gestionarlas de manera efectiva.

Descifrando la base genética de la mala visión

La transmisión genética desempeña un papel significativo en determinar la susceptibilidad de un individuo a la mala visión. La base genética de la mala visión se puede rastrear hasta genes específicos que influyen en varios aspectos de la salud ocular, incluyendo la forma del ojo, la funcionalidad del lente y la estructura general de la retina

Estos genes se transmiten de padres a hijos, y la combinación de estos genes determina en última instancia la calidad de visión de un individuo. La Clínica Villoria afirma que además se pueden heredar afecciones visuales como el daltonismo, el glaucoma y el estrabismo.

Los patrones de herencia

La herencia de la mala visión sigue patrones específicos, principalmente gobernados por las leyes de la genética. Hay varios patrones de herencia asociados con la mala visión, que incluyen:

Herencia autosómica dominante: En este patrón, una sola copia de un gen mutado de uno de los padres es suficiente para causar mala visión. “Como afirma MSD en su manual,  los rasgos dominantes se expresan incluso cuando está presente una única copia del gen para ese rasgo”. Si un padre lleva el gen mutado, existe un 50% de probabilidad de transmitirlo a cada hijo.

Herencia autosómica recesiva: Ambos padres deben llevar una copia del gen mutado para transmitirlo a su hijo. En tales casos, el hijo tiene un 25% de probabilidad de heredar la mala visión.

Herencia ligada al Cromosoma X: Este patrón implica genes ubicados en el cromosoma X. Dado que los hombres tienen solo un cromosoma X, es más probable que experimenten los efectos del gen mutado si está presente. De acuerdo a MSD, “un ejemplo frecuente de rasgo recesivo ligado al cromosoma X es el daltonismo, que afecta aproximadamente al 10% de los varones pero es excepcional en las mujeres. En los varones, el gen que provoca el trastorno proviene de la madre, que tiene visión normal pero es portadora del gen del daltonismo. El gen anormal nunca proviene del padre quien, en cambio, proporciona el cromosoma Y. Es poco frecuente que las hijas de padres daltónicos tengan este trastorno a pesar de que siempre serán portadoras del gen del daltonismo“.

Entender estos patrones es crucial para identificar la probabilidad de que la mala visión se transmita a través de las generaciones y permite a los individuos tomar decisiones informadas sobre su salud ocular.

Detección temprana e intervención

La detección temprana de posibles problemas de visión es clave para manejar y mitigar el impacto de la mala visión. Exámenes de la vista regulares, especialmente para personas con antecedentes familiares de discapacidades visuales, pueden ayudar en un diagnóstico temprano. Un oftalmólogo puede realizar pruebas exhaustivas para evaluar la visión, identificar marcadores genéticos y determinar el riesgo de mala visión.

Además, los avances en tecnología médica han permitido pruebas genéticas, que pueden detectar mutaciones genéticas específicas asociadas con la mala visión. El asesoramiento genético puede proporcionar información valiosa sobre los riesgos y guiar a las personas para tomar decisiones informadas sobre la planificación familiar.

Modificaciones en el estilo de vida y cuidado de la visión

Si bien la genética juega un papel importante en la mala visión, los factores del estilo de vida también influyen en la salud ocular. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales esenciales para la salud ocular, ejercicio regular y evitar un tiempo excesivo frente a pantallas, puede contribuir al mantenimiento de una buena visión.

Además, prácticas consistentes de cuidado ocular, como el uso de lentes correctivos recetados, proteger los ojos de los dañinos rayos UV y mantener una higiene adecuada, pueden mejorar significativamente y preservar la visión, especialmente para las personas con predisposición genética a la vista deficiente.

Comprender la herencia de la mala visión debido a la transmisión genética es crucial para individuos y familias afectadas por discapacidades visuales. Al reconocer los patrones de herencia y tomar medidas proactivas como la detección temprana, las pruebas genéticas y el mantenimiento de un estilo de vida saludable, los individuos pueden gestionar efectivamente su visión y mejorar su calidad de vida en general.

Fuentes:

Clínica Villoria. Disponible en: ¿Se heredan los problemas oculares? (Consultado en octubre de 2023)

Manual MSD.  Disponible en: Herencia de los trastornos monogénicos (Consultado en octubre de 2023)

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