Innovaciones en lentes de contacto

Desde su creación en 1971, las lentes de contacto blandas se han convertido progresivamente en un recurso de gran valor para los pacientes con alteraciones visuales. A medida que los desarrollos tecnológicos permitieron el uso de materiales novedosos, la disponibilidad de las lentes ha crecido en forma exponencial.

Figura 1. Cantidad de materiales disponibles para la elaboración de lentes de contacto blandas

Tipos de lentes de contacto y sus beneficios

Actualmente, las lentes blandas elaboradas con hidrogel se clasifican en función de su contenido hídrico y de la carga de su superficie, aunque aquellas confeccionadas con un hidrogel de silicona suelen considerarse como un grupo separado. Estos materiales de reciente desarrollo han optimizado el confort de los usuarios y han permitido reducir el riesgo de hipoxia local, en contraposición de los materiales más antiguos, como el poli-hidroxietil-metacrilato.

La incorporación de estabilizadores a la estructura de las lentes ha sido relevante para lograr estos beneficios. La humectabilidad de las lentes de contacto, otro aspecto de la biocompatibilidad, está influida por la química y las estructuras de la superficie de la lente, que se ha optimizado progresivamente con los nuevos desarrollos.

Asimismo, la disponibilidad de lentes de contacto para uso diario constituyó una innovación para numerosos pacientes desde su lanzamiento inicial. Cabe destacar que, en algunos países, las lentes desechables diarias representan el 45% de las prescripciones, siendo las más prescritas, seguidas de las lentes tradicionales de uso mensual, con un 39%.

Contradictoriamente, se dispone de datos que sugieren que los optometristas no efectúan el proceso de adaptación de las lentes de hidrogel para uso de un único día con la misma frecuencia que lo hacen con los usuarios de lentes de uso mensual.

En una encuesta internacional realizada entre profesionales de la salud ocular, se reconoció que los principales beneficios informados por el optometrista para las lentes de uso diario son la comodidad y la mayor permeabilidad al oxígeno, al tiempo que los usuarios consideraban en forma mayoritaria a estos dos factores como los más importantes al elegir un lente de contacto. Por lo tanto, los profesionales de la optometría pueden recomendar en forma más consistente el uso de estos equipos, para lo cual la capacitación e información acerca de sus características, innovaciones y cuidados resultan fundamentales. 

Estos factores se consideran especialmente en los usuarios nuevos, dada su expectativa en términos de salud ocular y de comodidad para la utilización de las lentes. Es importante agregar que el optometrista actúa no solo como un dispensador de estos insumos, sino como un profesional del equipo de salud; por consiguiente, su recomendación técnica y su función como educador adquieren un papel destacado para el paciente.

En relación a los lentes de uso mensual, las soluciones multipropósito para su adecuado cuidado han representado una innovación que simplifica el manejo por parte de los pacientes. Estos productos permiten en forma simultánea mantener la humectación de las lentes y evitar su contaminación por parte de diversos microorganismos. En especial, aquellas personas con mayor riesgo de infección por Acanthamoeba pueden beneficiarse de las soluciones multipropósito que incluyen peróxido de hidrógeno o yodo-povidona en su formulación.

También se consideran una real innovación las lentes multifocales, al representar un insumo de creciente uso no solamente en los pacientes con presbicia, sino también en aquellos con miopía. Las lentes de estas características se han asociado con una satisfacción incluso superior a la de las lentes monofocales, en especial por su mejor rango de visión cercana nítida, que se atribuye a una superior agudeza estereoscópica. Para estas lentes multifocales, el proceso de adaptación suele ser breve, del orden de los cuatro días, ofreciendo mayor sencillez para los pacientes.

Prevalencia de uso de lentes de contacto 

Por otro lado, los llamados “usuarios duales”, constituyen un grupo de pacientes en los cuales se distingue una tendencia especial para la utilización de lentes de contacto. Se trata de usuarios que prefieren modificar en el día a día su corrección de la visión, ya sea mediante el uso de gafas o de lentes de contacto. De acuerdo con la información recolectada en encuestas, los usuarios duales utilizan sus anteojos a diario en más del 60% de los casos y casi la mitad de ellos los emplea durante no menos de 8 horas diarias. Sin embargo, cuando se analiza la frecuencia de uso de lentes de contacto en estos usuarios duales, se ha estimado que oscila desde un único día a la semana (7% de los casos) hasta todos los días (33% de los usuarios). En la valoración de la cantidad de horas de uso diario, poco más de un tercio de estas personas usa las lentes entre 4 y 8 horas, pero el 51% las emplea por más de 8 horas. 

El uso de las lentes de contacto es preferencial en los momentos de exposición pública, influidos por su repercusión estética. Este aspecto genera repercusiones en la calidad de vida de las personas con alteraciones de la refracción ocular, dado que el uso de las lentes colabora en forma acentuada en relación con los beneficios emocionales. En términos prácticos, los usuarios duales se destacan por su elevada flexibilidad y variación. 

El rol del optómetra frente a estas innovaciones 

Nuevamente, el papel del optometrista es cardinal en esta población de usuarios, ya que la recomendación proactiva para el uso de lentes de contacto de acuerdo a la necesidad personal de cada uno de ellos generará un impacto tanto en la salud como en la vida diaria de estas personas, sobre todo cuando se trata de mejorar su visión en contextos como la práctica de ejercicio, la realización de deportes y los eventos sociales.

Las innovaciones en el uso y disponibilidad de los lentes de contactos y sus productos asociados crecen en el día a día. El rol del optometrista en el equipo de salud ocular crece en forma paralela, al constituir en muchas ocasiones un primer contacto del paciente con alteraciones de la refracción. Para satisfacer las necesidades del usuario, la capacitación y la educación continua deben considerarse entre los pilares más destacados del desempeño profesional.

Fuentes consultadas:

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